"Cuando en una casa egipcia se declara un incendio, sus habitantes se precupan muy poco del fuego y mucho de sus gatos. Los protegen, los vigilan y, si alguno, fuera de sí, logra escapar y precipitarse a las llamas, la aflicción abate a los egipcios. Cuando un gato muere de muerte natural, todos los habitantes de la casas se rasuran las cejas. Colocan al gato embalsamado en un compartimento secreto y lo transportan a la ciudad de Bubastis."
Herodoto
A A. y a mí nos gustan mucho los gatos. Si no fuera por lo que destrozarían de muebles y sofás,
-si el piso fuera alquilado, ni lo dudaríamos- me encantaría tener un gato ruso azul.
Y respecto a gatos, acabo de recordar, también, una frase gloriosa de Jean Cocteau:
"Prefiero los gatos a los perros, porque no hay gatos policías"
Pero sobre todo me gusta un proverbio medieval porque desde que lo conozco, me hace sentir muy reflejado en él, y eso siempre es halagador: a todos nos gusta al menos por un instante considerarnos el ombligo del mundo, sobre todo para nosotros mismos:
El proverbio es francés, claro:
Herodoto
A A. y a mí nos gustan mucho los gatos. Si no fuera por lo que destrozarían de muebles y sofás,
-si el piso fuera alquilado, ni lo dudaríamos- me encantaría tener un gato ruso azul.
Y respecto a gatos, acabo de recordar, también, una frase gloriosa de Jean Cocteau:
"Prefiero los gatos a los perros, porque no hay gatos policías"
Pero sobre todo me gusta un proverbio medieval porque desde que lo conozco, me hace sentir muy reflejado en él, y eso siempre es halagador: a todos nos gusta al menos por un instante considerarnos el ombligo del mundo, sobre todo para nosotros mismos:
El proverbio es francés, claro: